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La ironía y la parodia en El fantasma de Canterville.

     Oscar Wilde adopta una postura rebelde e inconformista con respecto al entorno intelectual de la Inglaterra victoriana. Así es que elige, para su oficio de escritor –y también para su vida personal- el recurso de la ironía.

     La ironía es un tipo de burla o chiste disfrazado de lenguaje serio y formal.

     La tendencia a la ironía, típica en Wilde, aparece en El fantasma de Canterville desde el principio y se hace evidente a lo largo de toda la narración, en especial en boca de la familia Otis, compuesta por personajes estadounidenses que sintetizan la crítica de Oscar Wilde al imperio inglés del fin de siglo XIX.

     Por otra parte, Wilde imita burlonamente los elementos propios de un género literario muy popular en Inglaterra durante el siglo XIX: la novela gótica. Las obras que se agrupan con esta clasificación nos introducen en un mundo oscuro, y siniestro, donde abundan los fantasmas, castillos, muertos que reaparecen, amas de llaves amenazadoras. Todos estos elementos surgen como expresión de lo demoníaco y lo irracional en medio de los ideales de  armonía clásica, decoro público, industrialización y urbanismo de la época.

     El autor toma algunos ingredientes de la novela gótica, por ejemplo, la ambientación. En este caso, la historia se desarrolla en un castillo construido en la época medieval, oscuro, con habitaciones alejadas unas de otras, muebles imponentes y tapicerías misteriosas. La presencia de puertas disimuladas, altillos o sótanos deshabitados permite la irrupción de lo desconocido o espectral en la vida cotidiana.

     Al llegar a Canterville, la familia Otis es recibida por un cambio climático. Se produce, así, la entrada en un mundo “distinto”, y cada vez que haga su aparición el fantasma en el horario nocturno, la luna se verá culta detrás de las nubes, el viento se colará por las ventanas, crujirán los muebles y puertas, o los truenos y relámpagos provocarán sobresaltos. Incluso, cuando Virginia, la bella hija del matrimonio Otis, acompaña al fantasma en su último viaje, debe internarse a través de un friso que conduce a una negra caverna. La entrada está flanqueada por tallas horribles de animales con colas de lagarto y ojos saltones, un viento frío y áspero absorbe a la muchacha y esta se sumerge en el reino de lo oscuro, de la muerte, de lo inexplicable.

     Estos elementos tradicionalmente siniestros son transformados por Wilde en ridículos, para burlarse de ellos o –simplemente- para desvalorizarlos, y así quitarles poder. En esto consiste la parodia, en la versión ridiculizada o cómica de un género serio para tornarlo en algo inofensivo y controlable. Por eso el fantasma de Wilde no nos asusta: perdió su poder esencial porque es la versión desmitificada de un fantasma tradicional

 

Fuente: Puertas de acceso a El fantasma de Canterville. Cántaro editores.

5 comentarios

andres araya -

pueden poner algo que sea coerente para alguien de primero de secundaria
:)

gaspii -

esta re bueno

amrtin -

hola necesito ayuda para una investigacion q estoy realizando y me preguntaba si podriana yudarme con algunas preguntass
1 les parece q es ironica la descripcion q hace el autor de los temas de converzacion de los norteamericanos? mi mail es martinliartek@hotmail.com

Nora -

Muchas gracias. El tuyo también me pareció muy interesante. En breve estará como enlace.

Silvia Cordasco -

Hola Nora, tu blog está bárbaro, me encantó.
besitos